From The Pastor's Desk

April/Abril 11, 2021

Dear Parishioners:

The message of The Divine Mercy Sunday is simple. It is that God loves us – all of us. And, he wants us to recognize that His mercy is greater than our sins, so that we will call upon Him with trust, receive His mercy, and let it flow through us to others. Thus, all will come to share His joy.

The Divine Mercy message is one we can call to mind simply by remembering ABC:

A – Ask for His Mercy. God wants us to approach Him in prayer constantly, repenting of our sins and asking Him to pour His mercy out upon us and upon the whole world.

B – Be merciful. God wants us to receive His mercy and let it flow through us to others. He wants us to extend love and forgiveness to others just as He does to us.

C – Completely trust in Jesus. God wants us to know that the graces of His mercy are dependent upon our trust. The more we trust in Jesus, the more we will receive.

This message and devotion to Jesus as The Divine Mercy is based on the writings of Saint Faustina Kowalska, an uneducated Polish nun who, in obedience to her spiritual director, wrote a diary of about 600 pages recording the revelations she received about God’s mercy. Even before her death in 1938, the devotion to The Divine Mercy had begun to spread.

On April 30, 2000, when Pope John Paul II canonized Sr. Faustina (making her St. Faustina), he also, on the same day, surprised the entire world by establishing Divine Mercy Sunday (the feast day associated with the message) as a feast day for the entire Church. The feast day falls on the Second Sunday of the Easter season.

In 2002, the Pope entrusted the whole world to Divine Mercy when he consecrated the International Shrine of The Divine Mercy in Lagiewniki, a suburb of Krakow in Poland. This is where St. Faustina’s mortal remains are entombed. Pope John Paul II died on the Vigil of Divine Mercy Sunday (the evening before the feast day), which fell that year on April 3, 2005. Adapted from Thedivinemercy.org .

Blessings,

Fr. Richard

Queridos feligreses:

El mensaje de La Divina Misericordia es sencillo. Es que Dios nos ama a todos. Y, Él quiere que reconozcamos que su Misericordia es mayor que nuestros pecados, de modo que lo llamemos con confianza, recibamos su Misericordia y dejemos que fluya a través de nosotros hacia los demás. Así, todos vendrán a compartir la alegría de Dios.

El mensaje de la Divina Misericordia es uno que podemos recordar simplemente al recordar el ABC:

A – (Ask) Pide su Misericordia. Dios quiere que nos acerquemos a Él en oración constantemente, arrepintiendonos de nuestros pecados y pidiéndole que derrame Su Misericordia sobre nosotros y sobre el mundo entero.

B – (Be) Sé misericordioso. Dios quiere que recibamos Su Misericordia y dejemos que fluya a través de nosotros hacia los demás. Él quiere que extendamos el amor y el perdón a los demás tal como lo hace con nosotros.

C – Confía completamente en Jesús. Dios quiere que sepamos que las gracias de Su misericordia dependen de nuestra confianza. Cuanto más confiemos en Jesús, más recibiremos.

Este mensaje y devoción a Jesús como La Divina Misericordia se basa en los escritos de Santa Faustina Kowalska, una monja polaca sin educación que, en obediencia a su director espiritual, escribió un diario de aproximadamente 600 páginas que registra las revelaciones que recibió sobre la misericordia de Dios. Incluso antes de su muerte en 1938, la devoción a la Divina Misericordia había comenzado a extenderse.

El 30 de abril de 2000, cuando el Papa Juan Pablo II canonizó a Sor Faustina (haciéndola Santa Faustina), el mismo día también sorprendió a todo el mundo al establecer el Domingo de la Divina Misericordia (la fiesta asociada con el mensaje) como Un día de fiesta para toda la Iglesia. El día de la fiesta cae en el segundo domingo de la temporada de Pascua.

En el año 2002, el Papa confió todo el mundo a la Divina Misericordia cuando consagró el Santuario Internacional de la Divina Misericordia en Lagiewniki, un barrio de Cracovia, en Polonia. Aquí es donde se encuentran los restos mortales de Santa Faustina. El Papa Juan Pablo II murió el domingo de la Vigilia de la Divina Misericordia (la noche anterior al día de la fiesta), que ese año cayó el 3 de abril de 2005. Adaptado de Thedivinemercy.org.

Bendiciones,

Padre Richard