Ora et Labora
What you see above is the ancient Latin phrase which comes to us from the monastic rule of St. Benedict.
“Early in the Book of Genesis, the reader finds God informing Noah of a mighty flood that is to come at some point in the future. Does God give Noah and his family an arc? Does a massive vessel fall from the heavens? No. Noah and his family must work and labor to build the means of their physical salvation from being drowned. The concept of work has its roots in the very earliest of Biblical passages. The act of creation of everything in the cosmos is undoubtedly work. God saw that all his work was good. He labored in creation six days, according to Genesis. And on the seventh day, he rested. So in God’s eyes, there is a benevolence attached to work. Genesis 2:15 reads, “Then the Lord God took the man and put him into the garden of Eden to cultivate it and keep it.” In this verse, we see God giving man a purpose, namely: work! Work is a divine notion, one which God deems humanity worthy of sharing in. The pain and hardship of work are associated with labor only after the Fall of Adam and Eve in Original Sin. And as Original Sin is inherited in all the human race, so is death and pain. The Benedictine motto Ora et labora has also come to be understood as a direction of offering up the hardships of labor so that the offering is a prayer. Work can thus become a prayer in and of itself. Prayer and work are constantly linked, pulling on one another. Together these acts mold us into better people. They strengthen body and soul and draw us closer to God.” (Reflection by John Tuttle – student at a Benedictine College)
I have chosen to share this reflection today, because this week, a man named Andrew experienced similar insights while volunteering around the parish. Andrew asked if there were opportunities for him to give of his time / service to help meet the needs of our church community. I told him that we were in need of some gardening and landscaping around the property. Andrew dutifully called me the following week and then accompanied me to Loews for 24 bags of mulch. He helped load and unload the 50 lb. bags into the van. Then, he spent several hours opening them and spreading the mulch all throughout our trees and flower beds. Afterwards, Andrew shared with me how the ride and conversation in the car, together with the peace and calm that he experienced while doing the work, was a God-send to him. It came at the right place and at the right time. Andrew’s reflections reminded me of how the two great psychologists, Sigmund Freud and Carl Jung, who found comfort and solace in the art of gardening. I thought too of the ancient order of St. Benedict, and his wisdom and insight into the intimate spiritual connection between work and prayer. I want to sincerely thank Andrew for the gift of his time that has helped to beautify our parish! For it is indeed: “By their fruits (work) you shall know them. (Matthew 7:16)”
Fr. Richard
Ora et Labora
Esta es la antigua frase latina que nos viene de la regla monástica de San Benito.
“Al principio del libro del Génesis, el lector encuentra a Dios informándole a Noé de un poderoso diluvio que vendrá en algún momento en el futuro. ¿Dios le da a Noé y su familia un arca? ¿Cae del cielo una embarcación masiva? No. Noé y su familia deben trabajar y trabajar para construir los medios de su salvación física de ahogarse. El concepto de trabajo tiene sus raíces en los primeros pasajes bíblicos. El acto de la creación de todo en el cosmos es sin duda un trabajo. Dios vio que todo su trabajo era bueno. Trabajó en la creación seis días, según Génesis. Y al séptimo día descansó. Entonces, a los ojos de Dios, hay una benevolencia asociada al trabajo. Génesis 2:15 dice: "Entonces el Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara". En este versículo, vemos a Dios dándole al hombre un propósito, a saber: ¡trabajar! El trabajo es una noción divina, una en la que Dios considera que la humanidad es digna de participar. El dolor y la dificultad del trabajo se asocian con el trabajo solo después de que Adán y Eva cayeran en el pecado original. Y así como el pecado original se hereda en toda la raza humana, también lo es la muerte y el dolor. El lema benedictino Ora et labora también ha llegado a entenderse como una dirección de ofrecer las penurias del trabajo para que se ofrezca como una oración. Por tanto, el trabajo puede convertirse en una oración en sí mismo. La oración y el trabajo están constantemente vinculados, tirando el uno del otro. Juntos, estos actos nos moldean para convertirnos en mejores personas. Fortalecen el cuerpo y el alma y nos acercan a Dios”. (Reflexión de John Tuttle, estudiante de un Benedictine College)
He decidido compartir esta reflexión hoy, porque esta semana, un hombre llamado Andrés experimentó ideas similares mientras trabajaba como voluntario en la parroquia. Andrés preguntó si había oportunidades para que él dedicara su tiempo / servicio para ayudar a satisfacer las necesidades de la comunidad de nuestra iglesia. Le dije que necesitábamos algo de jardinería y paisajismo alrededor de la propiedad. Andrés me llamó obedientemente la semana siguiente y luego me acompañó a Loews por 24 bolsas de mantillo (mulch). Ayudó a cargar y descargar las bolsas de 50 libras en la camioneta. Luego, pasó varias horas abriéndolos y esparciendo el mantillo(mulch) por todos nuestros árboles y macetas de flores. Después, Andrés compartió conmigo cómo el viaje y la conversación en el automóvil, junto con la paz y la calma que experimentó mientras hacía el trabajo, fue un regalo de Dios para él. Llegó en el lugar correcto y en el momento correcto. Las reflexiones de Andrés me recordaron cómo los dos grandes psicólogos, Sigmund Freud y Carl Jung, encontraron consuelo y consuelo en el arte de la jardinería. También pensé en la antigua orden de San Benito y en su sabiduría y comprensión de la íntima conexión espiritual entre el trabajo y la oración. ¡Quiero agradecer sinceramente a Andrés por donarnos su tiempo que ayudó a embellecer nuestra parroquia! Porque en verdad es: “Por sus frutos (trabajo) los reconocerán. (Mateo 7:16) "
Padre Richard
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