Dear Parishioners:

When I was a young boy, my parents would take me and my brother to the circus. I loved it, especially the clowns. They were funny, in a “silly” kind of way. Some children would cry when the clowns came out because they were somehow afraid of them. However, I was the type of kid that preferred to have as many clown acts as possible over the numerous animal acts. I was reading a book recently by Henri Nouwen where he was equally moved by the presence of these happy and sad faced characters who entertained folks everyday on the streets of Rome. He said, “Clowns are not in the center of the events. They appear between the great acts, fumble and fall, and make us smile again after the tensions created by the heroes we came to admire. The clowns don’t have it together, they do not succeed in what they try to do, they are awkward, out of balance, and left-handed, but … they are on our side. We respond to them not with admiration but with sympathy, not with amazement but with understanding, not with tension but with a smile.
Of the clowns we say, “They are like us.” The clowns remind us with a tear and a smile that we share the same human weaknesses. Thus it is not surprising that pastoral psychologists such as Heije Faber in Holland and Seward Hiltner in the United States have found in the clown a powerful image to help us understand the role of those who choose to care and minister in contemporary society.” (See citation below)***

Holding things and situations lightly in your heart is important for a healthy emotional life and for a holy spiritual life. In the time I was blessed to share with you here at St. Peter the Apostle, and the many Redemptorist Fathers & Brothers who have passed through these doors, I’m grateful for all of the quick humor, the priest-jokes and the Dad-jokes, the colorfully playful stories of family life and childhood you have shared with me. They always warm my heart and bring a smile to my face. Thanks for the faith, gospel hope, and the joy you’ve shared with us all. Never underestimate the power of your positive presence in the lives of others. I have found that I have found less stress, more peace, and greater joy when I have learned how to NOT take myself or the world around me TOO seriously. Life goes on. Better days are coming. God watches out for us all, and I’m always certain that the sun will rise again tomorrow morning, just as it did today. Therefore, I encourage you to hold things lightly in your mind and heart. Be good to others, and be good to yourself. Be at peace. Stop and smell the roses. Relax and people-watch for a while and marvel at the great diversity that surrounds you.

This is my last “Pastor’s Letter” to all of you. As I travel to the South Bronx, know that my enduring wish for you is that you may experience Faith in Him. I pray that you may always place your hope in Him. Most of all, I pray that you may come to know HIS peace and HIS love in your life. Blessings upon you and your family!

Fr. Richard
***Excerpt From***
Clowning in Rome
Fr. Henri Nouwen

Estimados feligreses:

Cuando era niño, mis padres nos llevaban a mí y a mi hermano al circo. Me encantó, especialmente los payasos. Eran divertidos, de una manera "tonta". Algunos niños lloraban cuando salían los payasos porque de alguna manera les tenían miedo. Sin embargo, yo era el tipo de niño que prefería tener tantos actos de payaso como fuera posible a los numerosos actos de animales. Hace poco estaba leyendo un libro de Henri Nouwen en el que se conmovió por igual con la presencia de estos personajes de rostros alegres y tristes que entretenían a la gente todos los días en las calles de Roma. Él dijo: “Los payasos no están en el centro de los eventos. Aparecen entre los grandes actos, se tambalean y caen, y nos vuelven a hacer sonreír tras las tensiones creadas por los héroes que llegamos a admirar. Los payasos no lo tienen bajo control, no aciertan en lo que intentan, son torpes, desequilibrados y zurdos, pero… están de nuestro lado. No les respondemos con admiración sino con simpatía, no con asombro sino con comprensión, no con tensión sino con una sonrisa.

De los payasos decimos: “Son como nosotros”. Los payasos nos recuerdan con una lágrima y una sonrisa que compartimos las mismas debilidades humanas. Por lo tanto, no sorprende que psicólogos pastorales como Heije Faber en Holanda y Seward Hiltner en los Estados Unidos hayan encontrado en el payaso una imagen poderosa para ayudarnos a comprender el papel de quienes eligen cuidar y ministrar en la sociedad contemporánea”. (Ver cita abajo)***

Mantener las cosas y las situaciones a la ligera en tu corazón es importante para una vida emocional saludable y para una vida espiritual sana. En el tiempo que tuve la bendición de compartir con ustedes aquí en San Pedro Apóstol, y los muchos Padres y Hermanos Redentoristas que han pasado por estas puertas, estoy agradecido por todo el humor rápido, los chistes de sacerdotes y los chistes, las coloridas y divertidas historias de la vida familiar y la infancia que has compartido conmigo. Siempre calientan mi corazón y traen una sonrisa a mi cara. Gracias por la fe, la esperanza del evangelio y la alegría que ha compartido con todos nosotros. Nunca subestimes el poder de tu presencia positiva en la vida de los demás. Descubrí que encontré menos estrés, más paz y mayor alegría cuando aprendí a NO tomarme a mí mismo o al mundo que me rodea DEMASIADO en serio. La vida continua. Los

mejores días están llegando. Dios nos cuida a todos, y siempre tengo la certeza de que el sol volverá a salir mañana por la mañana, tal como lo hizo hoy. Por lo tanto, los animo a que tomen las cosas a la ligera en su mente y corazón. Sé bueno con los demás y sé bueno contigo mismo. Estar en paz. Parar y oler las rosas. Relájate y observa a la gente por un rato y maravíllate con la gran diversidad que te rodea.

Esta es mi última “Carta del Pastor” para todos ustedes. Mientras viajo al sur del Bronx, sepa que mi deseo permanente para usted es que pueda experimentar Fe en Él. Oró para que siempre puedas poner tu esperanza en Él. Sobre todo, oro para que puedas llegar a conocer SU paz y SU amor en tu vida. ¡Bendiciones para usted y su familia!

Padre Ricardo
***Extracto tomado de***
Clowning in Rome
P. Henri Nouwen

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