From The Pastor's Desk

January / Enero 5

Dear Parishioners,

JOHN NEUMANN WAS BORN IN PRACHATITZ IN BOHEMIA (Czech Republic) on March 28, 1811. He studied theology at the seminary of Budweis. Zealous for the missionary life and wanting to lead souls to Christ, he decided to leave his homeland to dedicate himself to the European immigrants in America, who were deprived of spiritual support.
He was ordained a priest by the bishop of New York, and gave himself to the pastoral care of people in the vast area around Niagara Falls. Since he wanted to live in a religious community that corresponded more closely to his missionary vocation, he entered the Congregation of the Most Holy Redeemer, being professed on January 16, 1842. He was a tireless missionary, busying himself in particular with the German immigrants, first in Baltimore, then in Pittsburgh. He filled the role of vice provincial of the Redemptorists from 1846 to 1849, after which he became the parish priest of St. Alphonsus Church in Baltimore. In 1852, at the age of forty-two, he was named bishop of Philadelphia. He had a strong effect on the religious life of the United States by founding Catholic schools and promoting devotion to the Eucharist. In two years the number of students in the parochial schools went from 500 to 9000. He founded a new religious institute: the Sisters of the ird Order of St. Francis. In the brief space of seven years he built eighty nine churches, as well as several hospitals and orphanages.
A worthy son of St. Alphonsus, like him, made a vow never to lose a minute of time. As a bishop he was holy and tireless. Uninterruptedly he visited his vast diocese, on one occasion traveling more than twenty five miles of mountain roads by mule in order to confirm a young boy who was sick.

On January 5, 1860, he died suddenly of a heart attack on a street in Philadelphia. He was beatified during the Second Vatican Council on October 13, 1963, and was canonized on June 19, 1977. In the homily on the occasion of his canonization, Paul VI summarized the activity of the new saint in these words: “He was close to the sick, he loved to be with the poor, he was a friend of sinners, and now he is the glory of all emigrants.”

Blessings,
Fr Mike

Queridos Feligreses,

JOHN NEUMANN NACIÓ EN PRACHATITZ EN BOHEMIA (República Checa) el 28 de marzo de 1811. Estudió teología en el seminario de Budweis. Celoso por la vida misionera y queriendo conducir las almas a Cristo, decidió dejar su tierra natal para dedicarse a los inmigrantes europeos en América, que se encontraban privados de apoyo espiritual.
Fue ordenado sacerdote por el obispo de Nueva York y se entregó al cuidado pastoral de las personas en la vasta área alrededor de las Cataratas del Niágara. Como deseaba vivir en una comunidad religiosa que correspondiera más a su vocación misionera, ingresó en la Congregación del Santísimo Redentor, profesando el 16 de enero de 1842. Fue un misionero incansable, ocupándose en particular de los inmigrantes alemanes. , primero en Baltimore, luego en Pittsburgh. Ocupó el cargo de viceprovincial de los Redentoristas de 1846 a 1849, después de lo cual se convirtió en párroco de la Iglesia de San Alfonso en Baltimore. En 1852, a la edad de cuarenta y dos años, fue nombrado obispo de Filadelfia. Tuvo un fuerte efecto en la vida religiosa de los Estados Unidos al fundar escuelas católicas y promover la devoción a la Eucaristía. En dos años el número de alumnos en las escuelas parroquiales pasó de 500 a 9000. Fundó un nuevo instituto religioso: las Hermanas de la Tercera Orden de San Francisco. En el breve espacio de siete años construyó ochenta y nueve iglesias, así como varios hospitales y orfanatos.
Digno hijo de San Alfonso, como él, hizo voto de no perder nunca un minuto de tiempo. Como obispo fue santo e incansable. Ininterrumpidamente visitó su vasta diócesis, en una ocasión recorriendo más de veinticinco millas de caminos montañosos a lomo de mula para confirmar a un joven que estaba enfermo.
El 5 de enero de 1860 murió repentinamente de

un infarto en una calle de Filadelfia. Fue beatificado durante el Concilio Vaticano II el 13 de octubre de 1963 y canonizado el 19 de junio de 1977. En la homilía con motivo de su canonización, Pablo VI resumió la actividad del nuevo santo con estas palabras: “Estuvo cerca a los enfermos, amaba estar con los pobres, era amigo de los pecadores, y ahora es la gloria de todos los emigrantes.”

Bendiciones,
Padre Mike

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